Snake eyes! The house wins.
- nebulawblog
- 13 mar
- 2 Min. de lectura
Nos situamos en Atlántico City, esa ciudad destinada a las luces, la prensa, las apuestas y el deporte de entretenimiento. Definido por el protagonista no es más que un asedio de piratas a través de las grandes luces. Esta locación servirá como representación de la sociedad que se narra, personas con doble historia, con muertos en el placar y con adiciones. Para ocultar esto o manejar esta sociedad todo podrá ser manipulado, hasta el clima como vemos en la primer escena.
El gran protagonista, encarnado por Nicolas Cage, va a ser ese hijo de Atlantic City y todo lo que esto trae. Una de sus primeras interacciones lo vemos como alguien destinado a esa ciudad y con aspiraciones de crecer estas características de la ciudad.

También es con este personaje que entendemos esa dualidad que hay en estos seres humanos, lo vemos como alguien tramposo, sucio, mentiroso (que lo es) pero después saca a relucir su certificado: la placa de oficial.
Es así que de atrás para adelante desciframos como la policía tampoco es lo que parece, ni mucho menos. El gran erudito de la policía, alguien serio que no cabe en Atlantic City porque es mas que esos vicios banales, va a ser el que realice ese hecho atroz.
El protagonista entonces emprende un gran viaje, mas que nada personal. El se ve dentro de la problemática al ver algo que nadie mas vio pero que principalmente lo perjudicaba en su ámbito personal; perdió una apuesta. Es entonces que el mas que nada quiere confirmar que estaba amañada esta pelea y que su predicción no fallo, quiere recuperar su dinero.

Poco a poco, se ve mas introducido en este gran problema y llega a la parte donde debe desmentir el relato de que su amigo (ese gran policía) es el culpable de un hecho tan desagradable y deshonroso.
Confirmándolo y dando su vida por algo mas, esta claro que el hombre de mas valor en esa ciudad cargada de vicios y tinieblas es el protagonista que lejos esta de abstenerse de estos lujos que da Atlantic City.
En el final vemos como la prensa y las redes de poder te vanaglorian tanto que hasta descubren que también sangras y así te destrozan y volves a formar parte del banal Atlantic City, como todos los demás.



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